Por: Miguel Angel Trujillo

El presidente venezolano Nicolás Maduro confirmó una conversación telefónica "respetuosa y cordial" con Donald Trump, iniciada por Washington. Este contacto secreto podría marcar un giro en la tirante relación bilateral.

El presidente Nicolás Maduro ha revelado la existencia de una llamada telefónica reciente con Donald Trump, un contacto que calificó de "respetuoso y cordial". La comunicación, que tuvo lugar hace diez días, fue una iniciativa de Washington, confirmada directamente desde el Palacio de Miraflores en 2025. Este diálogo, mantenido en sigilo, surge en un momento de extremas tensiones y se presenta como un potencial catalizador para un cambio en las hostiles relaciones entre Caracas y Washington. Representa una apuesta por la vía diplomática ante la escalada de confrontaciones.

Maduro, con su experiencia como excanciller, enfatizó que el intercambio reafirma su compromiso con la diplomacia como el camino preferente para resolver desacuerdos internacionales. Subrayó la importancia de manejar temas sensibles con la discreción necesaria para facilitar avances. El mandatario venezolano expresó su firme expectativa de que esta conversación sirva como un primer paso hacia el establecimiento de relaciones más constructivas y de mutuo respeto entre ambas naciones.

La comunicación se produce en un contexto de profunda fricción bilateral que se ha intensificado desde 2024. El despliegue militar estadounidense en el Caribe Sur, la designación del Tren de Aragua y el presunto “Cartel de los Soles” como organizaciones terroristas, y la revocatoria del Estatus de Protección Temporal (TPS) para miles de venezolanos, han exacerbado esta situación. A estos hechos se suman incidentes armados recientes cerca de las costas del país, configurando un escenario de creciente hostilidad.

Según el presidente Maduro, la continuidad de estas políticas hostiles ha alimentado un creciente agotamiento en el pueblo estadounidense frente a conflictos prolongados, reforzando el deseo de evitar nuevas confrontaciones militares. Esta percepción sugiere una posible causa para la iniciativa de Washington, buscando una desescalada. La llamada, por tanto, podría señalar un reconocimiento de la ineficacia de la presión máxima y la apertura a un camino de negociación, priorizando la estabilidad regional sobre la confrontación.