sábado, 11 octubre 2025
Por: Katherine Cruz
Desde el viernes 10 de octubre, el Peaje Laberinto opera en la vía Hobo-Gigante, Huila. Ofrece tarifas diferenciadas y descuentos temporales, pero genera preocupación por su eliminación progresiva y el impacto en comunidades locales.
El Peaje Laberinto, ubicado en el kilómetro 55+000 de la vital vía que conecta Hobo y Gigante en el departamento del Huila, inició operaciones este viernes 10 de octubre de 2025. Este nuevo punto de recaudo implementa tarifas diferenciadas según la categoría vehicular, incluyendo una tarifa especial de $2.100 para las categorías I y II. Dicha medida se presenta inicialmente como un descuento temporal, diseñado para amortiguar el impacto inicial sobre los usuarios.
La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) ha manifestado que está avanzando en mesas de trabajo con comunidades y actores departamentales, buscando explorar una tarifa diferencial más amplia que beneficie a más municipios de la región. Sin embargo, desde el sector productivo y las comunidades locales, la implementación del peaje ha generado opiniones encontradas. Gremios y habitantes han expresado su profunda preocupación ante la eventual eliminación progresiva de estos descuentos iniciales, advirtiendo sobre el encarecimiento del transporte.
Ciudadanos y comerciantes, a través de diversos medios locales, han señalado que la operación del peaje podría incrementar significativamente los costos de transporte de bienes y servicios. Esta situación amenaza con afectar negativamente el comercio intermunicipal, resultando especialmente perjudicial para las zonas rurales y los habitantes con menores ingresos. La estructura de descuentos temporales, aunque busca aliviar la carga inicial, es vista por muchos como una solución pasajera que posterga un problema mayor.
La puesta en marcha del Peaje Laberinto con un esquema de descuentos temporales representa un mecanismo de transición para facilitar su aceptación, pero su futura eliminación progresiva es la principal fuente de incertidumbre para la población local. Las próximas mesas de diálogo entre la ANI, las autoridades municipales y los ciudadanos serán cruciales para definir el modelo de operación a mediano plazo y los posibles mecanismos de compensación o ajustes. El verdadero reto radicará en alcanzar un equilibrio que asegure el mantenimiento adecuado de la infraestructura vial sin imponer afectaciones económicas desproporcionadas a quienes dependen diariamente de este corredor.
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