Por: Bryan Steven Cardona Ciceri

Más de tres millones de adultos mayores colombianos sin pensión recibirán un subsidio mensual de $230.000 a partir del segundo semestre de 2025, gracias al Pilar Solidario, una iniciativa del Gobierno Petro que busca reducir la pobreza extrema en este sector de la población.

El Gobierno nacional lanzará en el segundo semestre de 2025 el Pilar Solidario, un programa que otorgará una renta básica a millones de adultos mayores sin pensión. Este subsidio, financiado con recursos del Presupuesto General de la Nación y del Fondo de Solidaridad Pensional, prioriza a mujeres, campesinos, víctimas del conflicto y población rural vulnerable. Se espera una significativa reducción de la pobreza extrema.

El Pilar Solidario, pieza clave de la Reforma Pensional, nace con el objetivo de garantizar una vejez digna a quienes carecen de acceso a una pensión contributiva. El presidente Gustavo Petro ha destacado la importancia de esta iniciativa como un avance en la justicia social. La directora de Prosperidad Social, Carolina Hoyos, ha afirmado que el programa representa “justicia social, redistribución y la garantía de una vejez con dignidad”.

La implementación del subsidio de $230.000 mensuales estará a cargo de Prosperidad Social. Las mujeres podrán acceder a él a partir de los 60 años y los hombres a los 65. Se espera que, según proyecciones de la GEIH 2023, al menos 156.000 adultos mayores salgan de la pobreza extrema en 2025, y 400.000 en 2026. Este programa beneficiará de manera significativa a las poblaciones más vulnerables del país.

El Pilar Solidario, parte del sistema pensional de cuatro pilares, busca corregir las inequidades del sistema anterior. Prioriza a sectores históricamente excluidos, con un 63% de beneficiarias mujeres, un 35% de residentes rurales, y un alto porcentaje de campesinos y personas con discapacidad. La implementación de este programa es una apuesta significativa por la justicia social y la inclusión, con miras a consolidar una sociedad más equitativa y justa. Su impacto en la reducción de la pobreza extrema entre adultos mayores se perfila como un paso fundamental hacia una Colombia más incluyente.