Por: Miguel Angel Trujillo

El ministro del Interior de Colombia, Armando Benedetti, acusó manipulación en una reciente votación en el Senado, desatando un intenso debate sobre la integridad del proceso legislativo.

El 15 de mayo de 2025, durante una consulta popular en el Senado colombiano, el ministro del Interior, Armando Benedetti, denunció una serie de irregularidades que, según él, afectaron el resultado de la votación. La propuesta fue rechazada con 49 votos en contra y 47 a favor, en un contexto marcado por acusaciones de cierre anticipado del registro de votación y cambios de votos post-cierre.

Benedetti apuntó directamente al secretario del Senado, Diego González, y al presidente de la corporación, Efraín Cepeda, acusándolos de complicidad en las anomalías observadas. “Veo una actitud de un malandrín auspiciada por otro malandrín”, declaró el ministro en una entrevista con Noticias Caracol, evidenciando el alto nivel de tensión en el recinto.

Entre las irregularidades destacadas por Benedetti se incluye el cierre anticipado del registro, permitiendo solo dos minutos para votar, lo que impidió la participación de al menos seis senadores. Además, cuestionó la validez del voto del senador Edgar Díaz, quien supuestamente modificó su voto después del cierre oficial, un acto que el ministro calificó de decisivo para el resultado final. Cinco senadores intentaron apelar estos resultados, pero sus solicitudes fueron ignoradas, contraviniendo el reglamento del Senado que estipula que una sola solicitud es suficiente para reconsiderar una votación.

Este incidente no solo ha levantado dudas sobre la transparencia y la equidad del proceso legislativo en Colombia, sino que también ha provocado un escándalo público que podría tener repercusiones duraderas. La acción de Benedetti, golpeando la mesa en señal de protesta, simboliza la frustración y el descontento con el manejo de las prácticas democráticas en el país. La comunidad espera ahora una respuesta clara y concisa de los líderes del Senado, quienes deben abordar estas acusaciones y restaurar la confianza en la institución.