domingo, 14 septiembre 2025
Por: Bryan Steven Cardona Ciceri
Tres meses después del asesinato del precandidato Miguel Uribe Turbay, su esposa relata el desgarrador momento en que recibió la noticia de su muerte, junto a sus cuatro hijos, en medio de una profunda conmoción nacional.
El magnicidio de Miguel Uribe Turbay, ocurrido en junio durante un acto político en Fontibón, Bogotá, sigue conmoviendo al país. El atentado, perpetrado por un menor de 14 años, dejó al exsenador gravemente herido, falleciendo tras dos meses de agonía en la Clínica Santa Fe. Su muerte ha generado un profundo debate sobre la violencia y la seguridad en Colombia.
El impacto de este crimen trasciende la esfera política. María Claudia Tarazona, esposa de Uribe Turbay, concedió una entrevista a RCN Televisión donde describió con desgarradora honestidad la noche en que se enteró del fallecimiento de su marido. Narró la difícil tarea de comunicar la noticia a sus cuatro hijos, quienes dormían juntos desde el atentado. El sufrimiento de la familia es palpable en sus palabras.
La entrevista muestra el desconsuelo de Tarazona al recordar el momento en que tuvo que comunicar la muerte a sus hijos: “Mis hijas se desesperaron, se pusieron como locas... Yo, parada, sosteniendo a mis cuatro hijos”. Su relato, cargado de dolor y resiliencia, humaniza la tragedia e invita a la reflexión sobre el costo humano de la violencia. El detalle de ver el cuerpo de su esposo aún caliente, revela la crudeza y el impacto inmediato del hecho.
El hecho de que un menor haya sido el autor material del atentado añade una capa de complejidad a este caso. Se abre el debate sobre el rol de las instituciones en la prevención de la violencia juvenil y el acceso a las armas. La necesidad de políticas públicas más efectivas para abordar las causas de la violencia urbana y el acceso de menores a armas de fuego es crucial para prevenir futuras tragedias. El dolor de la familia Uribe Tarazona se convierte en un símbolo de la necesidad de un cambio profundo en la sociedad colombiana.
El asesinato de Miguel Uribe Turbay deja un vacío en la política colombiana, pero, sobre todo, un profundo dolor en su familia. La valentía de María Claudia Tarazona al compartir su dolor, no solo busca justicia por su esposo, sino que sirve como un llamado a la reflexión sobre la urgente necesidad de construir una sociedad más pacífica y segura para todos.
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