Por: Bryan Steven Cardona Ciceri

Una alerta ciudadana destapó una red de trata de personas en Bosa, Bogotá. Varias mujeres, en su mayoría venezolanas, eran explotadas en un bar, viviendo encerradas y bajo constante amenaza, sus documentos retenidos.

Una llamada ciudadana a la Policía Metropolitana de Bogotá, alertando sobre posible explotación sexual en un bar de Bosa, desencadenó una profunda investigación. Uniformados de la Sijín y de Infancia y Adolescencia iniciaron las verificaciones, solicitando luego el apoyo de la Secretaría de Seguridad, lo que amplió el alcance del caso a una investigación de varios meses. Esta rápida respuesta interinstitucional fue crucial para abordar la grave situación.

La pesquisa reveló un patrón de explotación cruel: mujeres, principalmente venezolanas, eran engañadas con promesas de empleo formal como meseras. Al llegar a Bogotá, eran trasladadas a una vivienda y luego al bar, donde se les informaba de una supuesta "deuda" impagable por gastos de transporte y documentación. Esta práctica es una táctica común en la trata para mantener a las víctimas bajo control y evitar que denuncien o escapen.

Las víctimas vivían en condiciones infrahumanas dentro del bar, hacinadas, con escasa alimentación y sin mínimas medidas de higiene. Se les retenían sus documentos de identidad, y su comportamiento —temor, nerviosismo y resistencia a hablar— evidenciaba el control y las amenazas permanentes a las que estaban sometidas. Las inspecciones iniciales confirmaron fallas severas de salubridad y un ambiente de encierro y vigilancia constante.

Tras ocho meses de minucioso seguimiento, las autoridades ejecutaron un operativo de rescate en el bar, logrando la captura de los responsables, quienes enfrentan cargos por trata de personas, inducción a la prostitución y tortura. Las mujeres fueron inmediatamente acogidas en un programa distrital que les brindó asistencia médica, apoyo psicológico, alojamiento temporal y acompañamiento judicial. En lo corrido de 2025, la articulación entre Secretaría de Seguridad, Policía y Fiscalía ha desarticulado cuatro redes criminales y rescatado a más de diez víctimas, demostrando el compromiso de la ciudad en la lucha contra estos delitos y el restablecimiento de derechos.