Por: Miguel Angel Trujillo

El presidente Gustavo Petro anunció en 2025 una intervención sin precedentes en el Darién, combinando despliegue militar con una ambiciosa estrategia social y productiva, buscando una salida estructural a la crisis fronteriza.

Desde Colombia en 2025, el presidente Gustavo Petro ha puesto en marcha un ambicioso plan para abordar la compleja situación del Darién, una región estratégica y desafiante. La iniciativa busca una resolución "pacífica y estructural" a la crisis humanitaria y de seguridad que azota esta frontera vital del país. Esta estrategia integral fusiona la presencia de las Fuerzas Militares con un despliegue de programas sociales y proyectos de desarrollo productivo.

Durante el más reciente Consejo de Ministros, el mandatario colombiano instruyó directamente al Ministerio de Defensa para garantizar el copamiento militar de los municipios que conforman el Darién. Paralelamente, el presidente Petro encargó a entidades clave como el ICBF y el Ministerio de Comercio la tarea de diseñar e implementar acciones sociales y económicas concretas en el territorio. Petro enfatizó que la intervención trasciende lo estrictamente militar, subrayando que será complementada con garantías robustas para las comunidades locales y la puesta en marcha de proyectos productivos sostenibles.

Para fortalecer esta visión de desarrollo, el gobierno colombiano buscará apoyo internacional estratégico. El presidente Petro anunció que solicitará al emir de Qatar su mediación en los diálogos con el ELN, además de su participación en el ambicioso proyecto del ferrocarril interoceánico. Este apoyo externo es clave para la sostenibilidad de la intervención. Asimismo, el presidente confirmó una próxima reunión con líderes locales para coordinar directamente el despliegue de todas las acciones previstas.

La ambiciosa apuesta del Gobierno busca demostrar la viabilidad de una salida pacífica y constructiva en Colombia, replicando éxitos obtenidos en otras zonas del país. La estrategia en el Darién, al combinar fuerza militar con inversión social y productiva, pretende transformar un epicentro de crisis en una región de oportunidad y desarrollo. Este enfoque integral es vital para la estabilidad y el progreso de una de las fronteras más desafiantes de América Latina.